En el espacio de lo cotidiano se desarrolla ésta video-acción llamada El corredor de obstáculos dónde los actos más íntimos y rutinarios son barreras impuestas desde el espacio externo, social, al cual nos hallamos “sujetos” y significativamente obligados.
El vídeo se presenta como una anamorfosis de la realidad cotidiana, es decir, como una visión inclinada del espacio de la rutina en el que se desarrolla un recorrido absurdo, si se quiere, debido a la repetición y al tiempo que se le dedica.
En resumidas palabras nos encontramos frente a un hecho cotidiano, que no por ser íntimo deja de tener trascendencia a la hora de verse cómo la impotencia de salir de lo establecido, ya que no hay válvulas de escape sociales que no dejen de ser habitáculos construidos para la marginalidad.
This video-action titled “The Corridor of Obstacles” takes place in the area of everyday life where the most intimate and routine acts are barriers set up by the exterior space, social, to which we find ourselves “subjected” and obliged significantly.
The video is presented as an anamorphosis of everyday reality, that is, as an angled vision of the space of routine where an absurd circuit takes place, if you like, due to the repetition and time dedicated to it. Summing up we find ourselves facing an everyday event, which although being intimate does not stop being transcendental when seen as the impotence to escape from what is established, because there are no social escape valves that are no more than cells built for exclusion.